viernes, 12 de abril de 2013

Crítica: Alacrán Enamorado de Santiago Zannou




Título original: Alacrán Enamorado Director: Santiago Zannou Guionista: Santiago Zannou y Carlos Bardem Música: Wolfrank Zannou Fotografía: Juan Miguel Azpiroz Interpretes: Álex González, Miguel Ángel Silvestre, Judith Diakhate, Carlos Bardem, Hovik Keuchkerian, Juan Carlos Vellido, Javier Bardem Distribuidora: AltaFilms Fecha de estreno: 12 de abril de 2013


Santiago Zannou nos presenta para su segunda película de ficción, tras la premiada El truco del manco, una adaptación de la novela de Carlos Bardem, Alacrán Enamorado. La historia va de un joven que está dentro de un grupo de ideología nazi con los que cada vez se siente menos identificado y con los que acabará rompiendo completamente gracias a que el boxeo le ayudará a liberarse de todo el odio y la rabia que siente dentro y gracias también al amor de una mujer mulata. Julián, interpretado por Alex González, vive en un ambiente extraño, una familia violenta y la ausencia de un hermano al que no sabemos que le ha pasado, aunque intuimos que nada bueno. En un ambiente tan enraizado y tan agobiante ha buscado el apoyo en el exterior y los únicos que le han hecho un poco de caso es un grupo abiertamente nazi liderado por Solis, magistral Javier Bardem, que lo acogen como una familia de verdad. En este momento de crisis económica en la que vivimos, en donde el miedo está presente porque quizás perdamos nuestro trabajo, nuestra casa, porque las cosas nos van mal porque hemos tomado decisiones equivocadas, se da un caldo de cultivo para este tipo de ideologías que no apelan a la inteligencia sino a los instintos más básicos del ser humano. Solis es un lider carismático que da una falsa seguridad a los que le siguen y que con una gran oratoria los convence de que lo que ellos piensan no es malo, tan sólo buscan defender lo suyo de unos supuestos enemigos. Cuando a uno le dicen que lo que le pasa es culpa de otro, que el tan sólo es una víctima y cuando ellos son los únicos que parecen comprenderle porque los demás están engañados, cuando uno lo está pasando realmente mal, no es difícil que uno pierda la voluntad y se deje arrastrar. Es lo que le ha pasado a Julián y una vez que ha abierto los ojos desea dejar todo eso atrás y empezar una nueva vida.

Carlos F. Navajo

La forma que tiene de canalizar toda esa rabia y esa furia que tiene dentro es a través del boxeo. Por lo general el boxeo en el cine está tratado desde una perspectiva negativa, relacionada con la mafia, el crimen y las drogas. Aquí se ve como una forma de catarsis. Tanto el director como Carlos Bardem no querían que fuera una película en donde se fingiera que se boxeaba sino que se boxeara de verdad en la medida de lo posible. Los actores que participan en las peleas son boxeadores e incluso para Alex González esta no es la primera vez que se pone los guantes ya que en la película de 2005 Segundo Asalto también interpretaba a un boxeador. De todos modos, el boxeo no es el tema principal de la película sino el marco de referencia en el que se mueven los personajes; de lo que realmente trata Alacrán Enamorado es de la transformación del protagonista y cómo supera su odio y su rabia. Los que hacen posible este cambio son el entrenador Carlomonte al que da vida Carlos Bardem y Alyssa, que trabaja limpiando en el gimnasio y que da vida Judith Diakhate. Carlomonte fue una importante figura del boxeo pero sus días de gloria ya han pasado y ahora tan sólo le queda los recuerdos y la frustración de tener que enseñar a otros lo que el ya no puede hacer. El reto de entrenar a Julián puede ser la forma de redimirse y de volver a la luz tras tanto tiempo en la oscuridad. El personaje de Luis, Miguel Angel Silvestre, es el que intenta que Julián se mantenga en el grupo y no le gusta que este ya no forme parte de la familia que se han montado. La especial relación que mantiene con este y la diferente forma que trata a los demás del grupo, en algún momento de la película parece que uno pueda pensar que el interés sea sexual y sienta celos por la novia de su “hermano”.

Carlos F. Navajo

La película está muy bien rodada y las escenas de peleas son bastante impactantes. El trabajo de los actores también está a la altura y para Carlos Bardem puede suponer uno de los mejores trabajos que ha hecho hasta la fecha y quizás sea esta la ocasión en la que pueda llevarse el Goya que le negaron por Celda 211. Aunque breve, el personaje de Javier Bardem impresiona, quizás la forma en la que se despide resulte algo fría y no está a la altura; pero las escenas en las que sale son muy buenas y sus discursos reflejan un pensamiento que por desgracia está calando en la sociedad y es que en momentos de dificultad en donde estamos todos más vulnerables, uno puede acabar aceptando argumentos e ideas que rechazaría completamente por racistas, poco democráticas y fascistas. Quizás el problema de la película es que la historia no ofrece demasiadas sorpresas al espectador. De todos modos, lo importante no es tanto cómo termina sino cómo es el viaje que hace el protagonista desde un punto hasta la superación a través del amor. 

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